Cada vez son más los clientes que nos llaman para sumarse al cambio fotovoltaico. Podríais pensar que sólo tiene que ver con las constantes y sangrantes subidas en las tarifas eléctricas. Pero la realidad es que muchas personas disponen de viviendas en zonas no urbanizadas y sin acceso a la toma eléctrica.
Para nosotros, es uno de los trabajos más reconfortantes que existen: llevar energía a donde no la hay. En este caso, se trata de una vivienda en terreno rústico, construída en madera por el propietario. Al encontrarse tan alejada de la red, la única forma de disponer de energía en este tipo de viviendas es generarla por nuestra cuenta. Por supuesto, es muy importante hacerlo de la forma más limpia y eficiente posible, para afectar lo menos posible al entorno de la vivienda.
En este caso, en lugar de instalarlas en el tejado, suelo o sobre pérgolas y estructuras, en esta ocasión el cliente consiguió un contenedor de mercancías que ha servido para realizar la instalación de los paneles y el inversor en un mismo lugar, todo separado de la vivienda.